OPINIÓN | El señorío perdido (El artículo de Jonás Oliva sobre la polémica UdRadio-Lobera).
- udgrada
- 28 may 2014
- 2 Min. de lectura
Por suerte, en nuestro país todavía prevalece la presunción de inocencia. Uno no tiene que demostrar que no ha obrado de forma ilícita, sino que quienes lanzan una acusación públicamente deben presentar pruebas irrefutables de la culpabilidad de quien señalan, antes de encender la pira.
Esta condición parece importar tan poco a los locutores de la emisora oficial de la Unión Deportiva Las Palmas, como el hecho de vivir ajenos a conceptos como ética, dignidad, respeto, rigor...Y un largo etcétera de nociones de responsabilidad que un profesional de los medios de comunicación debería poner en práctica cuando se dirige a la Opinión Pública.
Pero lo dice un don Nadie -director de UD Radio dixit-, Licenciado en Periodismo y con la decencia todavía intacta. Profundamente indignado porque en el medio oficial del club del que también soy abonado, se permite a estos señores escupir lo que les plazca a través del micrófono amarillo; insultar en antena a compañeros de la profesión por rencillas personales y dilapidar con modales ordinarios cualquier opinión o información distinta a la corporativa, argumentada en otros medios.
Se les permite, con total impunidad como el pasado martes, escupir sobre los valores de señorío y caballerosidad que siempre hemos alardeado en la Unión Deportiva. Es decir, dañar la imagen del club y quedarse tan anchos. Es lo que han hecho tras finalizar la rueda de prensa de despedida de Sergio Lobera. Quien pese a expresarse con el mismo talante que ha demostrado desde su primer día en la isla, en cuestión de segundos en la radio oficial pasó de ser héroe a traidor.
Acusado de deslealtad y de tener la cabeza en otros asuntos distintos al ascenso de la UD, sin opción siquiera a réplica y merced a unos argumentos endebles -y sin pruebas fehacientes- que se caen por su propio peso. Además de poder ser motivo de querella -no sería la primera que pierden los Almeida con otros entrenadores por motivos parecidos-. Y no se cree nadie esta acusación porque comparte así final Lobera con otros antecesores como Sergio Kresic o Juan Manuel Rodríguez, a quienes también trataron de desprestigiar cuando dejaron de ser del agrado de los locutores oficiales.
Pero resulta que no desprestigia quien quiere, aunque se lo permitan o encarguen. Sólo desprestigian los espejos, cuando uno se mira y se siente orgulloso o no de lo que ve al otro lado. Con lo fácil que era tan solo dejarle marchar, sin dejarnos en ridículo aunque fuera por una vez, y ponernos a pensar en el Mallorca.
Jonás Oliva. @JonasOliva.
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