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EDITORIAL | Cerrar el círculo, 364 días después.

  • udgrada
  • 16 jun 2015
  • 3 Min. de lectura

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Hoy no hay letras de poemas, de música o citas del algunos célebres escritores. Hoy solo hablan tu corazón y el mío. Estas letras son, a buen seguro, la transcripción del sentir popular. Me van a perdonar pero en una semana como esta, es irremediable que no hablemos con lo que sentimos.

Días, horas, amigos, para que comience a rodar el balón y empiecen a dirimirse nuestras suertes en el fragor de, ahora sí, la última guerra por el ascenso a la primera división. No es día hoy de esos que hemos vivido muchos otros : de acordarse de lo que no hemos hecho, de lo que se ha hecho mal… No.

Hoy es un día de recuerdos : de recordar nuestros inicios camino del Estadio Insular de la mano de nuestros padres; de ilusión : de ilusión por ver a nuestro equipo codeándose con los más grandes; de nervios: de apurar las horas con los amigos, en la radio, solos en casa, esperando que salten los jugadores al verde; de esperanza: de soñar que un año después el Gran Canaria dictará sentencia y pueda cerrarse una de las etapas más oscuras de esta entidad.

Ya no nos separan 3, 6 o 9 puntos del ascenso directo; solo 2 partidos, 2 finales, en la lucha por la consecución del único sueño.

Tan caprichoso es el destino en su idilio con el fútbol que ha querido que, 364 días después, la Unión Deportiva vuelva al escenario del crimen, tal vez por aquello que se dice que la mejor manera de superar los miedos es hacerles frente. Vuelve a disputar el conjunto amarillo una final del playoff de ascenso contra el rival, a priori, más débil. Pero ojo, solo porque certificó a última hora su billete para esta promoción. Méritos fundados en la eliminación del pseudocandidato Girona, tal vez más preocupado en la final frente a los amarillos que hacer frente a su inmediato compromiso, a todas luces, sin solventar.

Ha trazado la Unión Deportiva, hasta llegar a estas lides, una línea de oro en su inicio, carburada con plomo a inicios del segundo párrafo, pero manteniendo tildes de regularidad en el marco de su gente. Los caprichos esos del fútbol nos sitúan ante la posibilidad de certificar, si procede, en el mismo escenario lo que el año pasado se quedó a medias, a exactamente 1 minuto. El fútbol da la oportunidad a todos que cerremos el círculo, justo un año después. Que se recuerde el 22J de 2015 como el día después del ascenso a primera división depende de todos, empezando por los jugadores, principales protagonistas de esta historia.

Ese círculo dentro del cual hemos permanecido afición y equipo, nació de la zozobra, del desaliento, de la soledad de los corazones en uno de los peores días de la entidad que da colores a nuestras vidas. Ese círculo que nació a partir de esas cenizas hasta crear una moral inquebrantable y que, a buen seguro, no conocerá límites tras lo que puede ser una semana de tensión pero también de júbilo.

Todos sonreímos y suspiramos de alivio, tal vez, porque sabemos que el destino nos debe una. Tanto sufrimiento ha de ser un presagio.

Volvemos a insistir en los caprichos del destino para el sosiego, pero nada, ni nadie pueden parar miles de corazones que palpitan a ritmo nervioso esperando confiados, la victoria; esperando, al final de esta semana, elevar los brazos al cielo y gritar al unísono : ¡Somos de Primera!.

Saul Santana. @stnariverosaul.


 
 
 

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