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ANÁLISIS | Se cierra un ciclo de penurias y se abre un nuevo amanecer.


La UD Las Palmas da carpetazo a 13 años de penurias con el ascenso a Primera División tras derrotar en casa 2-0 al Real Zaragoza. Con esto se dejan atrás 13 malditos años, de llantos, de decepciones y preocupaciones que han asolado tanto al club como su afición. Tras su descenso de Primera División, la amenaza de desaparición se cernía sobre el club de Pío XII y se agravó aún más con el descenso a la Segunda B donde se llegaron a deber la friolera de 72 millones de euros, pero gracias a Don Juan José Cobo Plana y la magnífica gestión económica a partir de ese momento por parte de un nuevo consejo de administración encabezado por Miguel Ángel Ramírez pusieron cabeza y establecieron la paz económica, sumada a una afición que no lo dejó en los momentos más duros y dio la cara por el equipo de nuestra tierra.

Varios jugadores han pasado en esta larga travesía, algunos como Marcos Márquez, Adrián Colunga, Quiroga, Cejudo, Vitolo, etc. que aportaron su granito de arena, en lo deportivo y económico dejando en las arcas amarillas suculentas cantidades de dinero para hacer crecer a un equipo financieramente hundido. Con estos jugadores entre otros, se consiguieron objetivos totalmente distintos al de las últimas temporadas, la permanencia y; poco a poco año a año la UD Las Palmas ha ido mejorando su situación en la tabla clasificatoria temporada tras temporada hasta llegar al último tramo, el más bonito pero tortuoso, el primer año de disputar el play-off contra el Almería, las lágrimas de Vicente fue solo el principio o la antesala de los más duros momentos de la entidad amarilla, ese 22J descorazonador, del que muchos se mofaron y aprovecharon la ocasión para reirse del equipo, pero eso no importó y contra viento y marea el club luchó contra ese fantasma y esa carga tan pesada durante toda la temporada y sobre todo en este último y definitivo Play Off para consumar ese ascenso tan esperado, donde en vez de tirar la toalla por ese aciago recuerdo hizo que un club tan querido por el pueblo grancanario resurgiera de sus cenizas y se levantara con más fuerza, donde por tan solo un instante y en el último suspiro en una falta colgada retornó ese desgraciado recuerdo, pero esta vez no volvió a ocurrir nada y el dios del fútbol nos devolvió donde nos merecíamos, el lugar donde nunca debimos abandonar, la Primera División.

Con este nuevo ascenso, el sexto para la entidad grancanaria, se abre un nuevo abanico de posibilidades, entre ellas; el adios a las penurias económicas, mayor ingreso de capital a la ciudad, a la isla y a la comunidad canaria, mayor promoción turística, mayor cobertura en cuanto a noticias y un equipo más competitivo con el que hacernos soñar y codearnos con los más grandes en los mejores estadios de un país que es el que manda en Europa en las últimas temporadas.

No quiero olvidarme de la afición, esa magnífica masa social que atesora el club amarillo, por la gente que no está y por los que estamos, porque hemos sufrido como nadie, por darle fuerzas a un equipo que vino cabizbajo de Zaragoza cuando el marcador fue adverso y los que los recibieron en el aeropuerto, los que están lejos de nuestra tierra por motivos laborales o no, por los que sufrimos con gran intensidad cada partido del equipo y que llevamos dentro estos colores, nos lo merecíamos y ya era hora de tener un equipo de primera, porque la afición siempre lo fue.

Miguel Yánez. @miguelyanez22.


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